El mensaje ha sido claro. “Conducir no es un juego. En un instante, te puede cambiar la vida, y es algo que no tiene vuelta atrás”. La bebida y las drogas, que incrementan en un 16% el riesgo de accidentes, no son compatibles con el volante. Una noche de fiesta puede acabar en drama por una decisión equivocada. Es la idea que quieren transmitir y hacer interiorizar con sus testimonios.
Los datos son significativos. En 2021, 2.636 jóvenes menores de 25 años se han visto implicados en un accidente de tráfico.
Mertxe del Sol lleva 22 años trabajando como policía local y la imprudencia entre los conductores no le es ajena. “Tenemos que interiorizar que si hemos bebido, no podemos coger un vehículo motorizado. Está en nuestras manos prevenir accidentes. Sería muy triste que uno de vosotras o vosotros acabara siendo el protagonista de este programa”. Reconoce que el riesgo es mayor en determinadas fechas, como en Navidades o en fiestas del municipio.
El año pasado, la Policía Municipal atendió 30 accidentes en el núcleo urbano de Azkoitia y la Ertzaintza, otros 28. El departamento de Seguridad distingue “tres asesinos”: la velocidad, el alcohol y las drogas, y las distracciones. Según los datos, el 43% de los jóvenes usa WhatsApp mientras conduce, lo cual aumenta un 23% el riesgo de accidente.
Fue precisamente una pequeña distracción la causa por la que Alaitz Arbilla necesita una silla de ruedas para desplazarse. Tenía cuatro años. Su madre iba conduciendo para llevarla a clase. Ella iba detrás sin cinturón. Por aquel entonces, tampoco había sillas de coche para niños. Su madre bajó la mirada para coger un cigarrillo y para cuando levantó la cara, era ya tarde.Chocaron contra un camión. Su madre resultó herida de gravedad, pero su estado físico mejoró, no así el emocional.
Arbilla ha dado un consejo. “No sé si mi lesión fue producida por el impacto del golpe o porque unas personas, al verme tirada y ensangrentada en el suelo con su mejor voluntad, me cogieron en brazos. En esos casos, hay que saber que es mejor no mover a la persona herida hasta que lleguen los expertos. En caso contrario, hay riesgo de que se produzcan lesiones irreparables”.
Además del personal médico y de enfermería, los bomberos suelen ser los primeros en realizar las tareas de rescate. “Nuestro trabajo consiste en sacar a la persona o personas atrapadas del interior del vehículo y lo hacemos con mucho cuidado para no agravar su estado”, ha explicado Roberto Martija.