No vayamos a creer que toda la zona oriental del valle fue oñacina y la más occidental ganboina. Aunque fuera mayoritariamente así, los vecinos del valle, todavía habitado de forma bastante dispersa, vivían esta confrontación en los pequeños núcleos más poblados que luego constituirían Azkoitia y Azpeitia. De conformidad con la sentencia emitida en febrero de 1319 por un representante real, se absuelve a varios vecinos de Azkoitia de haber colaborado con los del bando de Oñaz en la quema del monasterio de Santa María de Balda, así como en la muerte del señor de Balda, su hijo y otros parientes afines a este solar. Esta es la primera cita que hemos encontrado de nuestra villa en el archivo municipal.
Después de estos oscuros tiempos de verdadero vandalismo y beligerancia de estos bandos para el control del territorio interior de Gipuzkoa, para lo cual contaron con la ayuda real, llegó la hora del cambio. Europa llevaba años con la política de fundación de villas y el siglo XII marcó el inicio de las nuestras. La estrategia de las monarquías reinantes ya no pasaba por dominar los territorios a través de unos señores cada vez más poderosos, sino por las villas regidas por gente que les juraba fidelidad, aceptando los privilegios que se les concedían. Así va acabando un periodo y en ese marco, Azkoitia y Azpeitia se enfrentarán a los últimos desafíos de los llamados Parientes Mayores.Como consecuencia de la unión de las villas y el apoyo real a esta Hermandad de pueblos de Gipuzkoa, se consumó el triunfo del poder de la municipalidad frente a ellos. Este fue el comienzo de la transformación de un poder casi feudal a uno más burgués.
Azkoitia se creó en este ambiente y por ello en estas fechas en las que nos aproximamos a su 700 aniversario, es interesante hacer una referencia a este contexto. Desde su fundación merced a la carta real otorgada por Alfonso XI de Castilla en 1324, me atrevo a decir que fue un proyecto de difícil trayectoria. Nada más fundarse Azkoitia, “los señores banderizos” alzaron sus armas, pronto comenzó a transmitirse también la terrible pandemia de “la peste negra” y la depresión general se adueñó del entorno. De esta forma, los vecinos de San Martín de Azkoitia de Iraurgi, siete años después de su fundación solicitaron al mismo Rey la traslación de la villa desde la colina de San Martín a la vaguada que habían comprado en la otra orilla, más cerca de Balda y que hoy conocemos como Plazaberri, con el nombre de Miranda de Iraurgi. Objetaban en su solicitud que no podían vivir en dicho lugar de San Martín por muchos males que habían recibido y recibían de caballeros poderosos de las comarcas de alrededor.
A pesar de estos cambios, su historia siguió dependiendo por más de una centuria del poder de los Señores y de la injerencia de la Alcaldía Mayor de Sayaz. Esta era una alcaldía que aglutinaba un impreciso territorio del centro de Gipuzkoa desde Errezil, Azkoitia y Azpeitia hasta la costa, que posiblemente fue residuo del poder que sustituyó a una de las Tenencias con las que gobernaba Navarra en esta zona.
Será sin embargo en 1413, cuando los azkoitiarras se reunieron para diseñar una nueva Azkoitia con los valores constituyentes de un pueblo. Sobre todo para iniciar una vida con la unidad territorial y jurisdiccional necesaria. De esta forma sus vecinos, los que vivían dentro de las murallas, y los que habitaban cerca y lejos de ellas, se comprometieron a acatar a un sólo alcalde por ellos elegido y definitivamente con los derechos y obligaciones comunes a una villa, tales como su defensa, su comercio, su control territorial, etc. Serán ellos los que comenzarán a redactar nuestras ordenanzas municipales en 1484 y que marcaran el fin de una época.
Esta es la Miranda de Iraurgi que coge el testigo del vestigio de la antigua villa creada en San Martín de Iraurgi, situada en el lugar del “morcuero de Beidazar”, la que se conocerá para siempre como Azkoitia.
Un pueblo, donde se repartieron unos terrenos o “solares”, para edificar casas en “intramuros”, es decir dentro de las murallas. Así se creó un pequeño espacio almendrado, que hoy corresponde a Plazaberri. Tres hileras de casas con dos portales de acceso, situado uno, a nivel de la casa Errezil, con un pequeño puente sobre las aguas que llegaban de las laderas del “Yzarriz” a través de Balda y el otro pegante a la Casa Negra y el hospital y capilla de San Sebastián. Un pueblo que se juntaba o “ayuntaba” para discutir su organización bajo los nogales de la entrada de la casa “Zubieta o Iribe” hoy conocida como Irizar. Con una parroquia, Santa María de Balda, situada en un altozano en lo que hoy es el cementerio. Una villa que comenzaba en estas fechas, en torno al año 1400, a crecer en sus arrabales siguiendo el recorrido de sus caminos o calzadas llamadas reales, adquiriendo cierto carácter de pueblo-calle. Hacia Azpeitia, el arrabal de abajo; hacia el Goiherri, el arrabal de la Guardia y hacia Bergara y Elgoibar, los arrabales de Bastarrika y de Iparkale.
Esta es la Azkoitia que prosperará con una economía basada en la agricultura, ganadería y significativamente en el hierro y en su comercio a través de sus puertos próximos de Zestoa, Deba o Getaria. Aquí crecerán nuevas dinastías familiares de notable influencia económica y social, por nuestro particular mayorazgo. Serán estas los que a partir de 1500 intervendrán en las políticas que diseñarán la época moderna. Queda pues…tema para seguir escribiendo e investigando.
Ondo Pasau Andramaixek!!!
Juan Bautista Mendizabal Juaristi
Cronista Oficial de Azkoitia